EN ACTITUD ORANTE >EL CRISTIANO LLAMADO A LA SANTIDAD: EL CAMINO DE SANTIDAD El camino de la
santidad se puede comparar con una excursión a la cima de una montaña,
parodiando a San Juan de la Cruz con su "Subida al Monte Carmelo".
Para ir de excursión se requieren ciertas cosas, que equivalen a los APOYOS
necesarios en la Vida de Oración:
NUESTRO OBJETIVO.- Mostrar la necesidad que todo cristiano tiene de orar para tener una relación con el Señor, y dar algunas orientaciones para realizar mejor nuestra oración. El Señor tiene un Plan para cada uno de nosotros, y que éste parte por conocerle y confiar en Él. Y para confiar en el Señor tenemos que relacionarnos con Él, pues no podemos conocer ni amar a alguien con quien no tenemos relación ni trato alguno. La oración es el medio más directo por el cual vamos conociendo y descubriendo a Dios y el Plan que Él tiene para cada uno de nosotros, y en la medida que más crezcamos en ella, más llenos estaremos del Espíritu del Señor que nos revela quién es Cristo y el sentido de sus palabras, porque nos da testimonio de Él (Cf. Jn 15, 26). El padre Ignacio Larrañaga nos resalta que "cuanto más se ora, mas deseos de orar tenemos", y nos recuerda el pensamiento de San Agustín, según el cual el hombre espiritual es como una saeta disparada hacia un Universo (Dios), y que mientras más se va acercando hacia este Universo, más se siente atraído hacia él, como por una fuerza de gravedad, aumentando su velocidad. Mientras más amamos a Dios, más queremos amarle, y mientras más trato tenemos con Él, más deseos tenemos de tratarle. I. PERO, ¿QUE ES ORAR? Es difícil elegir una definición única y perfecta. Cada uno puede definirla según su propia vivencia. La oración es la actividad más importante para quienes tienen una relación de amistad con Dios. Todo depende, entonces, del grado de cercanía que tengamos con ella. En el libro "Ora a tu Padre", de Jean Lafrance, encontramos algunos intentos de definiciones, según las cuales, ORAR: § Es, en primer lugar: saber, creer que tienes un nombre propio para Dios, que esto supone una llamada a una amistad única en la cual conviene que te abandones, y que da un sentido a tu vida. § Es vivir intensamente la presencia de Dios y no el pensarla o imaginarla. § Es, sencillamente, dejarte buscar y encontrar por Dios. § Es aprender a dejarte amar y a dejarte realizar por Dios. § Es enraizar profundamente en ti la conciencia de la presencia de Cristo en tu corazón. § Es experimentar en silencio a Jesús presente y vivo en ti. § Es descubrir quién es Jesús para ti. § Es permitir a Jesús que forme en ti un corazón pobre, liberado de personas y cosas. § Es ese abrazo amoroso de Dios que estrecha contra su corazón y en sus brazos a su hijo al que ha vuelto a encontrar. II. LA ORACIÓN. UNA NECESIDAD DE NUESTRA VIDA DE FE Como niños muy pequeños que somos, pues nuestra nueva vida recién se está iniciando, necesitamos aprender a hablar con el Señor, a dialogar con Él, es decir, a orar. § Mediante la oración nos comunicamos en Espíritu y en verdad con Dios: "Dios es espíritu; por tanto, los que lo adoran deben adorarlo en Espíritu y en verdad" (Jn 4, 24). § La oración cambia las circunstancias adversas: "Les aseguro que si tuvieran fe, aunque sólo fuera del tamaño de una semilla de mostaza, le dirían a este cerro: 'Quítate de aquí y vete a otro lugar', y el cerro se quitaría. Nada les sería imposible " (Mt 17,20). § Jesús, nuestro hermano mayor (cf. Rm 8, 29), intercede al Padre por nosotros: "Y lo que ustedes pidan en mi Nombre, lo haré yo, para que el Padre sea glorificado en su Hijo " (Jn 14, 13). § Nos lleva a conocer la voluntad de Dios: "Tampoco nosotros hemos cesado de pedir a Dios por ustedes, que alcancen el pleno conocimiento de lo que él quiere " (Col 1, 9). § Nos fortalece: "Manténganse despiertos y oren, para que no caigan en tentación. El espíritu es animoso, pero la carne es débil" (Mt 26, 41). § En la oración experimentamos el amor de Dios por su Espíritu: "Porque Dios ha llenado con su amor nuestro corazón por medio del Espíritu Santo que nos ha dado" (Rm 5, 5). III. ¿COMO DEBE SER NUESTRA ORACION? § En el Espíritu. Debemos dejar que sea el Espíritu quien ore en nosotros: "Además el Espíritu nos viene a socorrer en nuestra debilidad, porque no sabemos pedir de la manera que se debe. Pero el propio Espíritu intercede por nosotros con gemidos que no se pueden expresar" (Rm 8, 26). § Con fe y confianza: "Por eso les digo: todo lo que pidan en la oración, crean que ya lo han recibido y lo tendrán" (Mc 11, 24). § Pidamos en el Nombre de Jesús: "Les aseguro que el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre. Hasta ahora, ustedes no han pedido nada en mi nombre; pidan y recibirán, para que su alegría sea completa " (Jn 16, 23b-24). § En privado, íntimamente: "Tú cuando reces, entra en tu pieza, cierra la puerta y reza a tu Padre que comparte tus secretos, y tu Padre, que ve los secretos, te premiará " (Mt 6, 6). Aunque la oración comunitaria es muy importante, no sustituye la oración privada. § Sin egoísmo, con humildad: "Y si piden algo, no lo consiguen porque piden con la mala intención de derrocharlo después en sus placeres " (St 4, 3). § En su voluntad con obediencia y sumisión: "Por él estamos plenamente seguros: si le pedimos algo conforme a su voluntad, él nos escuchará. Sabemos que él nos atiende, cualquier cosa que le pidamos; por tanto sabemos que ya tenemos lo que le hemos pedido " (1 Jn 5, 14-15). § En todo momento y con alegría: "Estén siempre alegres, oren sin cesar" (1 Ts 5, 16-17). § Sin desanimarnos, para no caer en tentación, porque somos débiles: "Manténganse despiertos y oren, para que no caigan en tentación. El espíritu es animoso, pero la carne es débil" (Mt 26, 41). IV. FORMARY BUENOS HABITOS DE ORACIÓN Muchas personas usan un método propio o aprendido para orar, porque les sirve de pauta para iniciar o crecer en la práctica de la oración diaria. Con todo, aun cuando el método puede ser útil, hay que recordar que éste debe conducirnos a alabar, adorar y rendir un culto sincero a Dios, y de aprender lo que Él nos quiere enseñar, que es lo más importante. Una forma de iniciar nuestra oración es leyendo un texto bíblico. Esta introducción puede durar unos diez minutos. Tu oración propia te tomará otros diez minutos adicionales. Si te cuesta hacerlo, proponte repetirlo día a día, y así irás mejorando semana a semana. Con el tiempo, seguramente desearás aumentar la oración y la lectura bíblica a unos treinta minutos o más, aunque el desarrollo de estos hábitos generalmente demora cierto tiempo. Las siguientes sugerencias podrán servirte en tu oración: GUÍA PARA LA ORACIÓN Estos son algunos momentos que no deben faltar en tu oración, preferentemente, en las mañanas: § Fija un tiempo exclusivo para la oración. Escoge la mejor hora de acuerdo a tus posibilidades. § Busca un lugar determinado (dormitorio, sala, patio, etc.), libre de cualquier distracción (Mt 6, 6). Exige que se respeten tus momentos de oración, que son sagrados. § Ponte en oración. Adopta una postura adecuada que te ayude a orar. Aquieta tu mente, ponte en la presencia del Señor; el Señor y tú, tú y el Señor. § Examina tu conciencia y arrepiéntete de tus faltas (Mt 5, 23-24; 6, 14-15; Sal 51, 1-5; 130, 3-4). § Alaba a Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo): o Él es digno de toda alabanza (Sal 95; 150; Hb 13, 15; 1 P 2, 9). o Alaba en voz alta y con todo tu ser. o Habla con Dios. § Hazle preguntas al Señor (Cf. Mt 7, 7-1 l). o Escucha al Señor con tu corazón y tu mente al tiempo que lees las Escrituras o que te arrodillas frente a Él. o Reflexiona sobre su Palabra en base al texto con el que iniciaste tu oración. o Detente a experimentar su presencia en silencio. § Intercede con fe y confianza. Por el pan de cada día, por el mundo, la Iglesia, tus amigos, tu familia y ti mismo. o Para que Dios te perdone (así como tú perdonas a los demás). o Para recibir fortaleza para el día y sus pruebas. o Para ser protegido del mal. o No pares hasta sentirte amado por el Señor. o Concluye tu oración encomendándote al Señor y dándole gracias por lo que te ha dicho y mostrado. V. EXPRESIONES DE LA ORACIÓN 1. La Oración vocal.- Deriva de la "voz" = VOCARE = llamar. Dios habla al hombre por medio de su Palabra (el Verbo) que se encarna, toma cuerpo, en Jesús. La Oración Vocal es indispensable: Cuando los discípulos le pidieron a Jesús que les enseñara a rezar como Él lo hacía, es decir en intimidad, les enseñó el Padre nuestro que es una oración vocal. La oración vocal es la mejor para las multitudes por ser exterior y plenamente humana. Jesús hizo oración vocal: § Levantó la voz en público para orar al Padre (Mt 11, 25-26; Mc 14, 36ss). § Él rezaba los salmos y oraciones litúrgicas en la sinagoga y en el Templo. 2. La Meditación.- Es una oración que busca profundizar nuestro conocimiento de Dios y de su voluntad. Para ello hace falta ponerse en una actitud de oración y apertura a lo que el Señor nos quiera decir. Se suele hacer así: § Se toma un libro (preferentemente, la Biblia), y se lee un poco. § Se abre otro libro, el de la vida. Se pasa de los pensamientos a la realidad. Se trata de buscar la verdad para que llegue la luz. § Si somos humildes podremos, al comparar ambos libros, discernir la voluntad de Dios y encontrar como Pablo la respuesta a esta interrogante: ¿qué quieres que haga? (Hch 22, 10). Los métodos para hacer meditación son tantos como los "maestros espirituales". Podemos proponerte el siguiente: C: CONOCIMIENTO Qué dice exactamente lo leído. Leerlo atentamente. E: ENTENDIMIENTO Qué quiere decirnos el autor. A: APLICACIÓN Cómo se aplica este mensaje a mi realidad. V- VIVENCIA Qué significado tiene para mi vida personal. Qué me está pidiendo el Señor. D: DECISIÓN Qué decisiones voy a tomar para vivir según lo sentido. El método, cualquiera que sea, es sólo una guía. Lo importante es AVANZAR CON EL ESPÍRITU SANTO por el único camino de la oración: Cristo Jesús. 3. La Contemplación.- "La contemplación es tratar de amistad estando muchas veces a solas con quien sabemos que nos ama (Sta. Teresa de Ávila). Es "buscar al Amado " (Ct 1, 7). En la Contemplación se puede meditar, pero la mirada está centrada en el Señor. La Contemplación es la oración del hijo de Dios (pecador perdonado) que acoge el amor con que es amado y responde amando más. Los casos más hermosos los encontramos en "La pecadora perdonada" (Lc 7, 36-50) y "Zaqueo" (Lc 19, 1-10). Quien contempla es consciente de que ese amor le viene del Espíritu Santo porque todo es gracia. La Contemplación es el tiempo fuerte de la oración: En ella el Padre nos transforma (Ef 3, 16-19). La Contemplación es mirada de fe fijada en Jesús: "yo lo miro y El me mira " decía el Cura de Ars que pasaba horas ante el sagrario. Es una comunicación de corazón ti corazón que va más allá de las palabras y conceptos humanos. Así nosotros cuando estamos delante del Santísimo podemos relacionarnos de esta forma con Aquel que nos ama. TAREA: Haz una lista de amigos y parientes que aún no han conocido al Señor, por quienes vas a orar. MEDITA Y APRENDE: Elige dos textos: Mc 11, 24; Jn 14, 13; Jn 15, 7; Mt 21, 22 CITA LEMA: Estén despiertos y orando, para que no caigan en tentación; el espíritu es animoso pero la carne es débil. Mateo 26, 41 (De Arturo Rosales. Lima - Perú )
VIVO
Y COMPARTO MI FE
COMO SUBIDA A UNA MONTAÑA:
Agua: la
Oración es esa "Agua Viva" que promete Jesús a la Samaritana y que a
todos dará y no tendremos ya más sed.
Alimento: La
Sagrada Eucaristía es el alimento de nuestra vida espiritual.
La alimentación debe ser diaria, para de veras estar nutridos.
Medicina: La
Confesión es la medicina con que cuenta nuestra alma caso de enfermarse o
decaer.
Compañía: Una
excursión no se hace sin acompañantes. Ser parte de una comunidad o grupo de
oración es condición importante para la subida a la cima de la montaña de la
santidad.